De relojes, llantos y otras tristezas



He dejado a mi reloj de cuerda llorando en una esquina...

Me fui lejos de las paredes tristes hoy por la mañana,
me vacilaron los pasos, me dudaron las sonrisas.

He sido cuatro veces la parte intangible de un todo desmembrado,
que se cae a pedazos en las tardes soleadas
y en las mañanas de aguacero impertinente.

Llora el reloj.

................ tic tac de manecillas y lágrimas.............

(Una interminable sombra nació en mis manos)


El ímpetu de una golondrina desdichada
que se posa en la vera del camino,
buscando la salida de un callejón sombrío.


Me fui lejos de las luces que se marchitan tras las cortinas,
me vinieron a buscar recuerdos que un día creí perdidos.

He sido la parte a medias de una historia desvencijada,
que se calumnia en la memoria y se inventa en el sollozo.


Gime mi reloj.

............. extiende sus segundos y me abraza............

(Una fuerza de ola melancólica choca contra mi sien)


¡Me he ido lejos! Grité por la ventana.

¡Me he ido lejos!
Ya la muerte no me alcanza.

Me he ido lejos... le susurré a mi reflejo....................
..........me he ido lejos... lloré entre las sábanas

.......... Me he ido lejos, me repetí con furia.........

He sido la pluma anclada en una mirada desconocida,
raíz de tristeza que no vuela ni canta.

He dejado moribundo a mi reloj de cuerda
(Artífice inconcluso de esperanzas muertas)
............. lo ato a mis rencores con sedas desgarradas..........


Me he ido lejos, me dije convencida...............

............... y yo aún no había partido......................