Advertencia: La autora no se hace responsable por los daños que la exposición prolongada a esta clase de lecturas pueda ocasionar.
Así mismo aclara que este texto fue escrito en día en que la única y compartida neurona que posee, la tenía su entrañable y querida amiga Vivian La Gallina de los Montes Verdes, conocida como Super_Matrix_Pollito_(...).
De igual manera, se le comunica al lector que este delirio no tiene fondo filosófico-metafísico-existencialista que el lector deba descubrir entre líneas, sino que es el claro reflejo de una tarde ocio. Y se le exonera de toda culpa en caso de abando repentino de la lectura.
De aquí en adelante, corre por su cuenta...
Gracias.
Atentamente,
La Administración del Mercado
Todo sucedió justo hoy por la mañana, cuando mi cuerpo (en contra de mi voluntad) se cayó de bruces dentro de mi taza de café.
Estando ahí vi que mis manos habían perdido el color. Luego de un rato de intentos inanes por salirme, decidí quedarme flotando en la taza, al final no se estaba tan mal allí, me gusta el aroma del café, el sabor amargo que queda en la pared de mi garganta, además en el fondo, había un poco de azúcar que no se había mezclado bien...
siii mi taza de café era un buen lugar.
Lo único con lo que no estaba tranquila, era con el hecho de que mis manos habían perdido además la textura, ¿sería que de pronto me estaba desintegrando?, pero... ¿porqué las manos primero? ¿no habría sido más misericordioso comenzar por las orejas? Qué sé yo !!
De pronto si mi cabello perdiera el color, no me preocuparía tanto, pero mis manos... mis manos ¿porque?
(Nota mental: dejé los cigarrillos al lado de mi pan con mermelada, eso sí está
jodido... bueno, en todo caso, acá adentro no podré fumar sin que el liquido café me arruine la seca y trozada nicotina, seguro están mejor afuera... sí ahí están mejor. No seas bruta... ¿cómo ibas a fumar sin manos...?)
O un pie !! Sí eso es.. ¡que se me borraran los pies!
Aunque no sería conveniente caer en una taza de café sin pies, me iría al fondo como una roca, pero... mis manos... ¡Qué sensación extraña, no sentir los bordes de la taza, la tibieza del café con mis palmas...
(Nota mental 2: Este café está riquísimo... creo que me beberé un trago más... antes de que se enfríe, frío el café tiene cierto sabor a herrumbre, que nunca pude tolerar.)
Pensándolo un poco, haber caído en una taza de café es un caso fortuito de buena suerte, de haber sido un vaso con agua, probable que me ahora rápidamente... seguro...
me quedaría dormida en poco rato... eso habría sido nefasto... pero el café, aparte de su aroma, y de su sabor amargo, me gusta porque me ayuda a mantener la vigilia... aunque... de
pronto lo mejor es caer en un vaso con
whisky, y tres o cuatro hielos, así podría intercambiar opiniones con ellos, esto de irse deshaciendo de a pocos... una segunda, tercera o
cuarta opinión, nunca está de más.
¿Porqué la casa estaba sola? A esa hora siempre está la familia... qué extraño... ¿Se habrán despertado y caído antes en sus tazas de café? A lo mejor, debieron haberse desintegrado mucho antes de que yo despertara... ¿qué habrán sentido? Pero... si eso pasó ¿dónde estaban sus tazas? alguien debió recogerlas de la mesa... ¿quién pudo ser?
(Nota mental 3: al parecer sólo perderé las manos, el resto sigue intacto, ¿será una especie de castigo divino?)
Hace cuatro horas, lo sé porque el reloj de la cocina me queda a simple vista, cuatro horas flotando y golpeando mi cabeza contra la loza de la taza... esta taza es linda, pulcra, como todo buen círculo, completa... así son los círculos ¡Qué admiración me produce su
redondez!
Bueno, pero comienza a hacer frío, y ya el café es herrumbroso, y además se me pondrán amarillos los dientes, y el cuerpo entero.
Dejá de verme con esa cara, todo es como te lo cuento, te lo juro... ahora
dale,
sacame de acá...