Preámbulo



Tus manos palpando
los horizontes húmedos
que definen los bordes mi piel.

Ardiendo, las sábanas
se empañan con los vuelos
jadeantes de golondrinas furiosas.

Cae el peso de tu deseo en mi espalda
y de pronto se inundan los cuerpos
de gemidos entrecortados.

Velos de caricias que estremecen
los mantos de la dermis
abriendo caminos de saliva y sal.

Fuga de temblores que recorre
las cumbres de pasiones inaplazables.

Tu aliento, mi cuello...

Agitación en los sentidos,
preámbulo de sustancias
que se derraman entre las manos.

Urgencia de labios que se buscan,
voces que se ahogan entre besos,
dos cuerpos que se hallan.

El prodigio del sudor
que baja lento,
casi agonizante,
por nuestras ansías en conjunción.

Placeres incontenibles en la mirada,
anticipos de la gloria de la consumación
vertidos sobre la cama
que nos atrae hacia
el centro inexplorado
de un todo forjado
en el fuego inacabable de tocarnos.



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